Estimados lectores, a continuación os paso a relatar mi última aventura maratoniana.
Allá por el mes de Enero decidí participar en el Maratón de Copenhague y ese fue el inicio de la aventura. Después de 4 meses de “duro” entrenamiento nos plantamos el pasado sábado a las 12 de la mañana en Barajas para volar a la capital danesa vía Frankfurt. Después de embarcar en hora, la primera sorpresa es que “Control de Tráfico Aéreo” nos obliga a salir con un retraso de 40 minutos, circunstancia que nos generó cierto stress porque no sabíamos si perderíamos el enlace en Frankfurt. Afortunadamente no sucedió, no perdimos el vuelo y aterrizamos en Copenhague según lo previsto.
La siguiente sorpresa fue el llegar al hotel donde habíamos reservado y nos dijeron que nuestra reserva no era válida y que ¡¡¡¡NO TENIAMOS SITIO!!!!. Después de tiras y aflojas conseguimos habitación en otro hotel. La broma (en cuanto al maratón) fue que acabamos acostándonos super tarde (1 y pico), algo no muy deseable envista de lo que tocaba al día siguiente.
A las 7 sonaba el despertador para ir a desayunar, y las piernas dolían como si hubiera estado toda la noche de juerga. Desayunamos y nos dirigimos a la salida. Una vez allí nos hicimos las fotos de rigor y puntualmente a las 9.30 se dio la salida después de unos discursos en danés que entendí perfectamente pero que no os detallo para no aburriros jejeje.
La carrera es bastante plana y mi intención era seguir un ritmo constante a 4.30 min/km. Aunque salí bastante delante, los primeros kilómetros los pasé adelantando gente, intentando no acelerarme demasiado. En el km 7 alcancé a un chaval catalán que creo que se llamaba Jordi (creo que acabó por delante de mí) y fuimos juntos un buen número de kilómetros. Así, con un ritmo constante a 4.30 fuimos consumiendo los kilómetros intentando hidratarnos y comiendo adecuadamente. Aunque no hacía calor, siempre es necesario el beber y el comer. En un par de ocasiones veo a mi mujer que me anima calurosamente, y eso también ayudó mucho. Durante este tiempo también empezó a acompañarnos un nuevo compañero – EL VIENTO. Hasta el km 17 la carrera transcurre por el centro de la ciudad y el viento no se nota tanto. Sin embargo, a partir de ese kilómetro hay 8 que van pegados al canal y en ese tramo de grandes rectas y viento en contra nos fue consumiendo las fuerzas. Pasamos la media en 1.35 con un ritmo constante conforme a lo previsto.
Sin embargo, mi compañero Jordi en el 23 me dice que se descuelga que va bastante justo. Nos deseamos suerte y yo seguí mi camino. Nada hacía presagiar lo que iba a suceder sólo 3 kilómetros después.
A pesar de no ser un corredor con grandes problemas de flato, esa fue la circunstancia que me condicionó el resultado final. En el km 26 empecé a tener flato. Aunque al principio no le di gran importancia e intenté ir solucionándolo sobre la marcha, éste fue en aumento y más adelante, aprovechando un puesto de avituallamiento, decido parar a beber tranquilamente e intentar recuperarme. Me uno a Jordi a ver si vamos mejorando, pero un par de kilómetros más adelante le dije “ADIOS” porque el puñetero flato no remitió y volví a parar. Con tanta parada, el grupo que iba para hacer 3h15min acabó alcanzándome y viendo que era incapaz de arrancar por el flato, decidí que la carrera se había acabado y que el turismo también es importante. Sin embargo, me puse como límite no ser pillado por el siguiente grupo (el de las 3h30min). Desde ese momento hasta el final fue bastante suave, parando en todos los avituallamientos y estirando según iban apareciendo los dolores en mi rodilla que tantas veces me avisa con su dolor.
Al final, acabé en 3h.27 minutos, tiempo que, si bien no cumplió ninguna de mis expectativas de marca, me permite recordar con buen sabor de boca por las sensaciones que viví.
Esta prueba piloto de participar en una prueba fuera de tu entorno creo que ha sido bastante favorable, aunque limaremos algunos puntos como llegar con un día de antelación para poder descansar. Os recomiendo a todos los que podáis que lo probéis algún día.
Aprovecho para agradecer a mi mujer el apoyo que me ha prestado y sus ánimos y a todos mis compañeros de entrenamiento del gimnasio por lo bien que lo pasamos.
Quien sabe cuando será la próxima aventura, quizás Lisboa en Diciembre...........
Besos para todas y abrazos para todos